La reestructución se realiza con una transformación y reinterpretación de la fachada, incorporando el latón como un elemento vital que hace de moldura, así como una piedra local que armoniza y se camufla con las edificaciones circundantes.
Un edificio donde los materiales cobran una nueva visión al convertirse en los elementos que identifican y dan valor al edificio, sin recurrir a los colores artificiales.
Se utiliza el negro como elemento para los elementos acristalados para aportar profundidad y elegancia.
La cubierta originalmente destacaba por los casetones con óculo que se asoman como escotillas de un barco hacia el mar. Por ello, con intención arquitectónica de potenciar estos elementos se les aporta una materialidad contemporánea al hacerle la cubierta metálica de zinc, frente al resto de la cubierta de teja cerámica, convirtiendo estos casetones en dos elementos exclusivos que parecen escaparse de la edificación.